LARP y Rol: Ley de la Consecuencia

¿Vas a asistir a un evento de Rol?

¿Quieres aprender a jugar a rol en vivo? ¿Te gustaría ser máster de rol o LARP? Aquí te ofrecemos un consejo útil para tus partidas.

Hoy explicaremos una de las normas más importantes para la iniciación al rol: La Ley de la Consecuencia.

Cada universo de fantasía está regido por sus propias normas, su propio tiempo y su propia gente.

Hoy puedes estar purgando con tu espada un castillo de una plaga de zombies… Y mañana ser Frasquita, la anciana de la cabaña de enfrente, la misma que antes de que salgáis de aventura os regala magdalenas.

Pero pese a las diferentes épocas, personalidades y situaciones que encarnes, en estos mundos existen normas que podemos considerar universales. Aquí hablaremos de una de ellas:

La “Ley de la Consecuencia” en el LARP y el rol

Nunca una norma fue tan fácil: acción, reacción, repercusión. Si le pegas un puñetazo al tabernero que te acaba de servir las cervezas como propina en un evento de LARP, puede reaccionar de muchas maneras posibles, y dicha reacción creará una consecuencia: un cambio en nuestro entorno.

Que esto se cumpla de forma correcta y acorde al universo en el que nos encontramos resulta indispensable para una buena experiencia de juego.

Como en la vida real, uno de los pilares fundamentales de la interacción cuando jugamos a rol es la capacidad que tenemos de modificar nuestro entorno y las posibilidades que esto ofrece.

Ya sea convertir un puñado de verduras en un estofado o fabricar una cota de malla, nuestros personajes tarde o temprano tendrán que interactuar con su entorno para avanzar en la historia, cumplir sus metas o simplemente no morirse de hambre.

¿Y por qué es esto tan importante?

La Importancia de las Consecuencias en el Rol y el LARP

Pongamos un ejemplo muy sencillo:

Imagina lo que pasaría si la espada de tu personaje de rol medieval se rompiese tras golpear demasiado fuerte o repetidas veces contra la armadura de un adversario en combate.

¿Cómo se las apañará para pelear sin su arma? ¿Luchará con otra cosa, saldrá corriendo, vencerá de forma inesperada? Y después… ¿Trabajará para poder costearse una nueva arma o robará otra en una herrería local, cual vil goblin?

Como puedes ver, con un simple golpe todo puede cambiar.

Esto no quiere decir que cada vez que sacamos la daga para cortar un trozo de queso se nos tenga que mellar el filo… Pero es importante que nuestras acciones tengan consecuencias acordes a las circunstancias dadas siempre que sea posible.

No solo enriquecerá la variedad de escenarios posibles, sino que nos hará entrar con mayor profundidad en la mentalidad de nuestro personaje y en la naturaleza de su entorno, comprender su situación, preocuparnos más por las cosas que lo rodean y darles el valor que se merecen.

Si nuestro paso por estos mundos se reduce a actuar con el entorno sin sufrir consecuencias o sólo aceptando las que nos resultan beneficiosas, el resultado será un personaje incompleto que a la larga, probablemente, nos acabará aburriendo o peor, deteriorando la experiencia de juego de otros roleros.

Así que, la próxima vez que vayas a insultar a ese soldado de la guardia real que va armado hasta los dientes capaz de matarte siete veces antes de que tu cadáver toque el suelo…

Primero, párate un instante a sopesar las consecuencias que pueden llegar a producir tus actos y, si hay alguna que no desees sufrir, da la vuelta y busca pastos más verdes… O arriésgate y acepta lo que llegue.

Aquí termina nuestro consejo sobre La Ley de la Consecuencia

Un cordial saludo ¡Y buen rol!